Cillar de Silos es un vino creado en homenaje a un monje que históricamente se encargaba de la intendencia del Monasterio de Silos, conocido con el nombre de Cillero.
Su trabajo consistía en organizar la cillería o despensa, con los alimentos y vinos necesarios para el día a día de los religiosos del lugar. Gracias al testimonio de este hecho histórico al que se le acredita el linaje vinícola del pueblo, la familia Aragón García optó por el buen nombre de Cillar de Silos para designar así sus vinos y bodegas.
Como parte de la historia, Cillar de Silos cuenta con una bodega bajo tierra que data de finales del siglo XVI. Las condiciones naturales de temperatura y humedad son constantes durante todo el año para que los vinos finalicen su proceso de envejecimiento en botella.
Según la historia, Quintana del Pidio era el sitio en donde se provisionaban los monjes de vino para el Monasterio de Silos durante el siglo XVI.
Varios siglos después Amalio Aragón en 1970 levanta los cimientos de lo que hoy es la primera bodega y empieza a comprar pequeñas parcelas de alta calidad, con el único propósito de cumplir su sueño: convertirse en viticultor.
En 1994 funda Cillar de Silos, su bodega, junto a sus hijos. Un año más tarde recoge lo que es su primera cosecha.
Los vinos preceden de las más de 150 hectáreas dentro del Jardín de la Ribera del Duero. Siendo decenas de pequeñas parcelas, casi en su totalidad menores de una hectárea, con un rango desde los 15 y los más de 100 años, con alguna parcela prefiloxerica.
Ubicada en las regiones de Quintana del Pidio, Gumiel del Mercado y La Aguilera, con una altitud de más de 850 metros sobre el nivel del mar y un clima continental extremo provocando una pluviometría de 400 y 600 mm anuales.
La zona es considerada como la más privilegiada dentro de la D. O. Ribera del Duero, ya que se han catalogado como los vinos con un gran potencial en ser los más elegantes de la región. Su climatología extrema, sus veranos calurosos y sus inviernos duros, con una influencia entre ríos, confirma un microclima especial con una diferencia térmica entre día y noche y una pluviometría entre baja y moderada.
Cillar de Silos utiliza ya en bodega solo barricas de roble francés, pueden ser nuevas o de segundo y tercer vino junto con corchos naturales de flor. Además cuenta con antiguos calados subterráneos, con condiciones naturales de humedad y temperatura, haciéndolas idóneas para la crianza y reposo de los vinos.
Su resultado final en la elaboración, son vinos que se asemejan más a los de las zonas en donde la elegancia y la finura es la principal característica.
Gracias a estas características climáticas, llegamos a una uva tinta con gran personalidad y versatilidad como lo es el Tempranillo, encontrada en esa zona desde tiempos inmemoriales.
Sus racimos son de hollejo grueso, bayas esféricas, pulpa carnosa, largos y estrechos.
Su nombre de Tempranillo es un diminutivo de temprano, ya que suele madurar antes que la mayoría de las variedades de uvas tintas.
El vino presenta un color profundo e intenso, con finura en nariz y boca y mucha elegancia, buena estructura, equilibrio y madurez de fruto. Los aromas más frecuentes son las negras silvestres madura o acidas y frutos rojos, con una excelente acidez por la diferencia térmica y la altura, posee una magnifica capacidad para envejecer.
El albillo mayor, un tesoro dorado de la Ribera del Duero, es una uva autóctona y centenaria, durante muchos años ha pasado desapercibida y hasta casi olvidada, creciendo entre las cepas del tempranillo.
Es una uva blanca y en Cillar de Silos apuestan por su complejidad y a su vez versatilidad, como uno de los valores diferenciales de la bodega. El albillo mayor es una uva delicada y con carácter, que produce vinos con una acidez bien integrada y equilibrada, con matices complejos. Los vinos elaborados con esta uva sacan toda la expresividad del suelo y de la uva de Quintana, con cepas de más de 70 años.
Vino Cillar de Silos Crianza 2016 – Ribera del Duero
Cillar de Silos Crianza es en realidad la espina dorsal de la bodega, ya que es el reflejo del carácter que tiene el tempranillo en las tierras de Quintana del Pidio, este vino nace de viñas viejas y diferentes terruños.
Acerca de este producto
- Color: cereza picota con reflejos violáceos intenso.
- Olor: se perciben especias dulces como a nuez moscada, clavo y vainilla, aromas de fruta roja acida y negra, con una mezcla de elegancia y madurez, olor a cedro y ligeros torrefactos que se van perdiendo y a regaliz.
- Sabor: es sedoso y carnoso, equilibrado con una buena estructura. Tiene una acidez refrescante, los taninos maduros aun firmes de pulir. Tiene persistencia y aparecen los mismos recuerdos que al olerlo, al unirse todo destaca la finura.
- Comidas: acompaña con chuletas de cordero, carnes a la plancha, guisadas o asadas, pastas, guisos.
- 13 meses en barrica de roble francés.
Vino tinto joven Cillar de Silos Tempranillo – Rivera del Duero
Un vino nacido en los años 80, es la expresión de un tempranillo puro que no pasa por madera. Presenta aromas elegantes de frutos rojos y frutos negros, minerales y florales con sensaciones de juventud.
Acerca de este producto
- Color: cereza cubierto con ribetes violáceos.
- Olor: destacan aromas elegantes a frutas maduras, rojas y negras, ciruelas negras y fresas silvestres, olores florales y minerales con sensaciones de juventud.
- Sabor: frutal, carnoso y sedoso, agradable con taninos amables, refrescante acidez, muy fino e intenso.
- Comidas: Perfecto para el tapeo, croquetas y tortillas de patatas, embutidos, arroz, pollo en diversas reparaciones, pescados azules a la plancha y platos ligeros.
- Es un tinto joven que nació en los años 80 y recupera la tradición de la Rivera del Duero sin pasar por madera, pero con uvas de alta calidad.