Se suele pensar que, mientras más costoso sea el vino, mejor. Y eso está equivocado. La calidad del vino depende de la intensidad de su color, su rigurosidad, el frescor y los niveles de alcohol.
Antes de pensar en ‘vinos buenos’ y ‘vinos malos’, piensa mejor en las características del mismo y qué lo hace especial. De esta forma ofrecerás una experiencia única a los clientes.
La carta de vino de cualquier restaurante, independientemente de su concepto y esencia, debe seguir una serie de pautas.
Lo ideal es que un sumiller, el encargado de la bodega y los licores en un establecimiento de hostelería, tome el mando de la elaboración y elección de los vinos.
Pero, si quieres saber qué vinos tener en tu restaurante, acompáñanos. Te enseñaremos cuáles son los imprescindibles y cómo armar una carta de manera profesional.
¿Qué vinos tener en tu restaurante?
Existen dos tipos de vinos que debes tener en tu restaurante. Los tranquilos y especiales. Estos, a su vez, se dividen en otros tipos de vinos: vino tinto, vino rosado, vino blanco, espumosos, generosos, etc.
Veamos en qué consiste cada uno y cuáles son sus cualidades. Con esta información podrás elaborar la mejor carta de vino para tu restaurante.
Tranquilos
Los denominados ‘vinos tranquilos’ siempre van acompañados de un aperitivo. Se bebe en el almuerzo, una cena romántica, celebración de trabajo y aniversario.
Posee un par de características que lo diferencian de los especiales: su fermentación es natural, es decir: se consiguen directamente de la uva; y no generan espuma.
Se clasifican en:
- Vino Tinto. El más popular. Tiene un color que oscila entre rubí, rojo opaco y púrpura. Desprende un aroma a frutas, flores, hierbas y especia. Contiene un sabor ácido debido al proceso de fermentación de racimo completo.
- Vino Blanco. A diferencia del vino tinto, el vino blanco se fermenta sin las partes sólidas de la uva. Debido a la ausencia de estas, adquiere un color claro, un sabor seco y genera dióxido de carbono. Es el compañero perfecto para veladas y cenas.
- Vino Rosado. Sigue casi el mismo proceso de fermentación que el vino tinto, pero con menor maceración. Tiene un color rosado claro, tirando a violeta, aroma fresco, sabor dulce y refrescante y funciona como buen acompañamiento para cualquier comida. Es como el refresco de los vinos.
Especiales
Los vinos especiales se identifican por las burbujas y el tipo de fermentación. Hay dos que sobresalen:
- Generosos. Tienen un alto grado de alcohol oxidativo. Son llamados vino fortificados por ese mismo detalle. Puede presentar un sabor dulce o seco. Marida tanto con aperitivos, como con el plato principal. Es suave y aromático.
- Espumoso. La principal característica de este vino, evidentemente, es la espuma. La cualidad burbujeante se consigue gracias a una segunda fermentación. Son refrescantes, vienen en diferentes rangos de dulzura y maridan con aperitivos, ahumados y embutidos.
Cómo elaborar carta de vino para un restaurante
La carta de vino es la imagen del restaurante. La presentación de sus bebidas al cliente.
Cuando montas un restaurante, además de la ubicación del local, el TPV para hostelería y el menú de comida, debes cuidar bien la estructura y el contenido de la carta.
Tiene que ser clara, concisa y exacta. El cliente debe ser capaz de identificar el nombre del vino, la procedencia del vino, el tipo de vino, las variedades de la uva usadas, la fragancia del vino y el año de la cosecha.
Además, seguir el este orden:
- Espumosos
- Vinos Blancos
- Vinos Tinto
- Vinos dulces
- Vinos Generosos
Al momento de hacer la carta, toma en cuenta: el concepto del restaurante, el cliente objetivo (y su poder adquisitivo), la ubicación del restaurante (zona rica o de clase media), el vino insignia o presentación de la casa (aquel que te diferencia del resto), el tipo de comida del restaurante, la nacionalidad de los clientes (no es lo mismo un cliente estadounidense que europeo) y el conocimiento del personal.